Muchos subestiman el trabajo de actor e incluso hay quienes se atreven a decir “a un escenario se sube cualquiera”. Sin embargo, para llegar a ser un buen actor se necesita trabajo, constancia y dedicación.
El verdadero actor estudia, investiga y le dedica tiempo a la construcción de sus personajes. Importa la voz, el decir, el cuerpo, la máscara, lo que conlleva práctica y ensayo.
No es suficiente con animarse a subir a un escenario, por detrás hay un arduo trabajo. Por ello, aquí te compartimos algunos aspectos fundamentales que un verdadero actor debe tener en cuenta.
La presencia y el cuerpo hablan por sí solos
Cuando un actor ingresa al escenario lo hace con un caminar, una postura determinada y una actitud que describen al personaje. La presencia y el cuerpo hablan del personaje, indican si éste es tímido, inseguro, nervioso, bueno o malo y hasta deja ver alrededor de cuántos años tiene.
Hay una regla básica que es que no se puede dar la espalda al público mientras se actúa, a menos que el director entienda que corresponde una acción de ese tipo para su espectáculo.
La voz y el decir
Cada personaje tiene su propia forma de hablar, que también describe su perfil, su estado de ánimo y sus intenciones. Para eso, es importante que el actor le busque el decir al texto en el proceso de ensayo.
Todo actor debe hablar claro y fuerte, lo que no significa que tenga que gritar. Existen infinitos ejercicios de modulación, con los que se aprende a hablar con claridad y masticar las palabras.
Construcción de personaje
Para darle vida a un personaje, el actor tiene un previo trabajo de mesa en el que le define todas las características y el estilo de vida. Es decir, cuando uno crea un personaje piensa a que nivel socioeconómico corresponde, si tiene amigos, si es simpático o antipático, si tiene familia, si está bien emocionalmente y todo lo que uno entienda necesario.
Trabajo en equipo
A menos que el espectáculo se trate de un unipersonal, es importante entender que el producto final depende del trabajo en equipo. No hay que ser competitivo, sino buen compañero.
Es fundamental, no pisar a un colega cuando está hablando en el escenario, no cambiarle el texto y tratarlo siempre con delicadeza y respeto.
En caso de que alguien cometa un error, un buen actor está preparado para salvar la escena desde el personaje a través de la improvisación.